El hombre con más trayectoria en nuestra Facultad de Ingeniería emprendió el rumbo cuando dormía la noche del sábado 25 de abril, a meses de cumplir 90 años.
Carlos Quinteros, conocido entre todos quienes integran la Facultad de Ingeniería, fue una persona muy reservada y de bajo perfil, pero no menos amable y respetuoso. Sus colegas lo recuerdan por su sentido de la responsabilidad y el gran compromiso con su trabajo. Nunca dejó de cumplir, a excepción de cuando debió estar hospitalizado hace pocos meses por una dificultad cardíaca.
Siempre en su oficina del tercer piso del Edificio Tecnológico Mecánico, Carlos Quinteros disfrutaba de una buena conversación. Mejor aún si era con los estudiantes; cuyo contacto permanente lo mantenían vital para su avanzada edad.
“Una excelente persona; muy atento a si nos pasaba o necesitábamos algo, si teníamos alguna urgencia o problema, incluso económicos. Él siempre nos apoyó”, comenta Aníbal Morales, auxiliar del TM y quien compartió con Quinteros durante ocho años.
Su vida previa a la Universidad de Concepción fue un gran episodio como árbitro de la Federación Internacional de Básquetball, FIBA. En ese rol viajó por diferentes países y se nutrió de diversas experiencias que hasta el día de hoy le iluminaban el rostro cuando recordaba aquella época.
A sus 89 años, Carlos Quinteros se movía en el Tecnológico Mecánico sin muleta ni bastón, “caminaba para todos lados, nosotros solo lo acompañábamos a veces en las escaleras para tener mayor cuidado”, recuerda Aníbal.
Ingresó a la Universidad a trabajar con Sergio Lavanchy en los años 50. Desde ahí que nunca más quiso abandonar la Facultad de Ingeniería.
“Pese a que en el último tiempo había sufrido complicaciones de salud, él decía que estaba bien”, cuenta Wilfredo Cuevas, también auxiliar del TM. “Si lo tuviese que describir, diría que fue una persona tremendamente responsable, de las primeras en llegar y muy pendiente. Siempre dijo que sólo dejaría de venir a la Universidad si fallecía. Ésta era prácticamente su casa«.