El 28 de septiembre se celebró el Día Sin auto, jornada en la que se promovió el movilizarse en transporte público u otras alternativas como caminar o andar en bicicleta, pero, ¿existe realmente una tendencia destinada a dejar el vehículo particular? Más ahora que las medidas sanitarias han disminuido.
Según cifras del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, MTT, un bus que traslada 30 personas solo utiliza el 25 por ciento de espacio vial que los vehículos particulares, de ahí la importancia de desincentivar el uso del automóvil, el que aumentó durante la pandemia, acrecentando el caos vial en varias ciudades del país.
El docente, investigador de Ingeniería UdeC y presidente de EFE Sur, Juan Antonio Carrasco (en la imagen), explicó que durante la pandemia aumentó el uso de automóvil y las personas dejaron de usar transporte público, lo que ya casi finalizando esta emergencia sanitaria se ha revertido, ya que hubo un aumento importante del uso del transporte público. “Fue una recuperación relevante y eso es especialmente interesante, porque la tendencia mundial es que el uso del transporte público no se ha recuperado, entonces, en la mayoría de las ciudades eso no ha ocurrido, en el Gran Concepción, Región del Biobío, por ejemplo, está el efecto del Biotrén que es muy potente, ya que se duplicaron los pasajeros, casi en un 200 por ciento, en algunos casos”, puntualizó.
¿Cuál es el panorama actual en cuanto a transporte?
Estamos en un momento crucial, porque en el caso de las ciudades metropolitanas grandes de Chile, incluso diría las medianas, el transporte público está a capacidad. En qué sentido, primero que todo en términos de la demanda, se necesita una mejora relevante para poder responder a las necesidades de los pasajeros de transporte público que se requieren ahora, porque hay una conocida deficiencia, por ejemplo, en término de choferes de transporte público, pero también en la institucionalidad, sobre todo fuera de Santiago, esto es la manera cómo está estructurado el transporte público en regiones, el estándar de calidad está en una brecha mucho más baja respecto a la Región Metropolitana y eso es reconocido por todos los actores.
Será relevante contar con buses eléctricos y optimizar las dimensiones tecnológicas, pero también el esfuerzo que se debe efectuar es en mejorar las condiciones de la empresa de transporte público,
¿Cuáles serías las principales dificultades para avanzar en movilidad?
Hay una inercia muy fuerte de empujar proyectos que potencien la movilidad, sobre todo, de la bicicleta y de caminar, porque implica, en cierta medida, también ocupar el espacio que actualmente tienen los automóviles particulares y ahí hay harto por avanzar. Hay un esfuerzo que se tiene que hacer interinstitucional a nivel de los gobiernos, pero también hay un tema súper fuerte de cómo las ciudades y sus distintos actores van apropiándose de la relevancia que tienen las bicicletas.
Visión integral desde la academia
¿Cuál es el aporte desde la academia?
Lo primero es poder entregar evidencia respecto a lo que ha pasado en otros lugares del mundo y a potenciales escenarios. Falta que la mirada pública sea más integral y eso es porque aún las tomas de decisiones son muy intersectoriales, entonces creo que desde la academia una de las cosas claves es poder aportar en esta visión integral.
Lo otro es agregar análisis, ir mirando de una manera más critica las consecuencias de lo que se va realizando y también de los futuros escenarios.
¿Se ve muy lejano un transporte público mejorado?
Son mejoras lentas, porque requieren un cambio relevante en muchas inercias que ocurrían en las empresas de transporte público, en el sistema público y, en general, en las ciudades el desafío es empujar para que sea lo más rápida posible. Van en la dirección correcta, pero esto es como una maratón, uno a veces se frustra, porque le gustaría una carrera de 100 metros planos y que después de unos 10 segundos esté todo listo, pero esto es una maratón y ese es el gran desafío aquí, durante esa gran cantidad de kilómetros que implica la maratón, seguir empujando, seguir haciendo las cosas bien, continuar mejorando y colocando los recursos adecuados, que esto siga siendo relevante para la sociedad, yo creo que ese es el gran desafío.