Aprender a trabajar en equipo es uno de los mayores beneficios que destaca un grupo de estudiantes de primer año sobre el curso “Introducción a la Innovación en Ingeniería” (i3) , implementado este año para todas las carreras de ingeniería, organizada en 19 secciones, con la participación de diferentes especialidades.
Uno de los grupos de la sección 19 está integrado por Pablo Carrasco Vergara de Ingeniería Civil Eléctrica, Francisco Rivas Carrasco de Ingeniería Civil en Minas, Renato Valdés Carreño de Ingeniería Civil y Thomas Majluf Gerber de Ingeniería Civil Metalúrgica, quienes están trabajando en un sistema de riego por goteo a base de productos reciclados para la región del Maule.
«Este curso te amplía la mirada, pues conoces puntos de vistas de mis compañeros en temas que antes no tenía”, explica Thomas Mailuf. En esa misma línea, su compañero Renato Valdés agrega que, “permite conocer los puntos de vista de otras carreras, entonces en este grupo existen cuatro visiones para abordar los problemas”.
Esta dinámica de trabajo colaborativo además les ha servido para conocerse entre ellos, sus distintas personalidades y como indica Francisco Rivas, “al ser en grupo se hace mucho más divertido…. soy más productivo individual, pero en equipo es más divertido, cada uno pone de su parte y nos complementamos”.
Por su parte, Pablo Carrasco ya tenía experiencias trabajando en forma similar al estilo del i3, y añadió que, “se pueden disfrutar distintos puntos de vistas técnicos, porque cuando por ejemplo iniciamos el proyecto yo solo lo veía desde el punto de vista electrónico, pero también mis compañeros me decían piensa en el piso, los minerales, los materiales, yo solo pensaba en el área de la tecnología”.
Otro de los equipos que participan de esta sección – liderado por los profesores Luis Merino Quilodrán y Sebastián Calderón Díaz – es el integrado por Javiera Mora Morales de Ingeniería Civil en Telecomunicaciones, Valentina Zavala Mella de Ingeniería Civil Biomédica, Nicolás Lagos Sepúlveda de Ingeniería Civil Metalúrgica y Diego Romero Rebolledo de Ingeniería Civil, quienes trabajan en una máquina que permita, por medio del arrastre en la arena, recolectar la contaminación de residuos desechables en las playas de Tomé, además de filtrar la arena.
«Ha sido una buena experiencia, porque nos ha obligado a formar el grupo y tener que dar ideas, trabajar en coordinación, cosas que no se vivían mucho en pandemia”, contó Javiera Mora, a lo que su compañera Valentina Zavala agregó que es un buen ejercicio para hablar con más personas e intentar entenderlas.
Con respecto a la dinámica del curso, Nicolás Lagos y Diego Romero comentan que ha sido agradable trabajar de una forma distinta, con objetivos en mente, con una planificación, algo que se ve al final, además que agradecen el grupo al que pertenecen y que deberían incorporar más cursos como éste en los planes de estudio.