Fuente: Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo
La Región del Biobío apuesta por el desarrollo de Hidrógeno Renovable (H2R). Un ejemplo claro es la reciente entrega del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), por parte del Gobierno Regional del Biobío, que asignó más de mil 500 millones de pesos al proyecto “Transferencia núcleo fortalecimiento de capacidades del ecosistema de H2R en la región del Biobío» (BIP 40046116-0).
Se trata de una iniciativa liderada en conjunto por la Universidad de Concepción y la Universidad Católica de la Santísima Concepción, que tiene como fin crear una instancia de interconexión y transferencia tecnológica entre entidades del Estado, sociedad civil, sector productivo y educacional en materia de desarrollo de la industria del H2R en la zona.
El proyecto, de una duración de 24 meses, espera acelerar el proceso de adopción e implementación de iniciativas colaborativas en el ámbito de hidrógeno renovable, generando una red de capacidades que soporte un desarrollo sostenible de estas tecnologías.
El jefe de la División de Fomento e Industria del Gobierno Regional del Biobío, Iván Valenzuela, valoró la apuesta por el H2R, que se materializa en la inversión del GORE y el trabajo asociativo entre dos casas de estudio: “Este proyecto va a fortalecer el ecosistema de hidrógeno verde, mediante la prospección de oportunidades y demostración de aplicaciones de elevado capital social, que integren el encadenamiento productivo de base tecnológica. Este proyecto tiene distintos componentes, entre ellos crear una gobernanza y mesa de coordinación público-privada de los diversos actores que están en torno a esta oportunidad que tiene la Región del Biobío”.
La directora de la iniciativa, Andrea Moraga Paredes, quien es también gerente de la Unidad de Hidrógeno en el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad de Concepción, aseguró: “Creemos firmemente en el potencial de generación y consumo que nuestra región posee, dada la rica y variada actividad industrial existente”. Moraga explicó que se trata de una oportunidad para la región, pues su uso permitiría, por ejemplo, descarbonizar aplicaciones difíciles de electrificar, lo que ayudaría a que la matriz productiva regional sea más sostenible. Agregó: “este proyecto apunta a la generación de encadenamientos productivos y emprendimientos a lo largo de la cadena de valor del hidrógeno. Es muy importante aunar esfuerzos e involucrar no solo a las empresas que desarrollan estos proyectos, sino que contar con las entidades de educación superior, entidades públicas y con la sociedad civil, que verá desarrollarse estas iniciativas”.
Es por ello que el programa se dirige tanto al sector productivo como al educacional, de forma de fortalecer y generar nuevas alianzas. De acuerdo al director alterno del proyecto y académico de la Facultad de Ingeniería de la UCSC, Dr. Ricardo Lizana, “nuestro objetivo con esta iniciativa es consolidar a la Región del Biobío como polo del hidrógeno renovable. Para eso, lo que queremos es diseñar una estructura de gobernanza, donde se incorporen distintas empresas e iniciativas, haciendo que estos proyectos conversen y se potencien, para finalmente formar un ecosistema cohesionado de hidrógeno renovable en el Biobío”.
Se espera así fortalecer y generar nuevas alianzas en pos del crecimiento sostenible y seguro de la región, generando capacidades de capital humano e infraestructura habilitante para demostrar nuevas aplicaciones del H2R. El proyecto cuenta para ello de seis líneas de acción, que buscan enfrentar la actual inexistencia de un ecosistema del H2R, mediante la prospección de oportunidades y la demostración de aplicaciones de elevado valor social.
Creando nuevas oportunidades para la región
Es importante destacar que este proyecto es una continuación de dos iniciativas, encabezadas anteriormente por las casas de estudio. Así, la UdeC ejecutó la “Alianza Estratégica Hidrógeno Verde para la región del Biobío”, mientras la UCSC trabajó en la construcción de una planta de Hidrógeno Verde para aplicaciones industriales. De esta forma, se busca alinear los esfuerzos regionales y continuar avanzando en el posicionamiento nacional de las ventajas que presenta el territorio para la generación y uso del H2R.
El Director de Desarrollo e Investigación de la Universidad de Concepción, Jorge Carpinelli Pavisich, detalló la importancia de esta colaboración: “Con mucha satisfacción hemos recibido esta noticia. Tras varios meses de trabajo colaborativo entre ambas universidades, hemos logrado capitalizar una propuesta en que convergen las capacidades complementarias en ciencia, tecnología y gestión que ambas instituciones han desarrollado en proyectos recientes que preceden esta iniciativa. Pondremos nuestro trabajo al servicio de la región en un ámbito estratégico, como el energético, para impulsar un desarrollo productivo sustentable en base a H2 renovable”
Los seis pilares sobre los que se estructura el proyecto son: gobernanza y mesa de coordinación, cartera de proyectos de inversión, fortalecimiento de capacidades tecnológicas, formación de capital humano y capacidades, inteligencia tecnológica, de mercado y regulatoria y promoción, difusión y comunicaciones.
Según explicó la Directora de Innovación de la UCSC, Emma Chávez Mora, “nuestra Universidad tiene un tremendo capital humano avanzado en el ámbito de las energías renovables. De esta forma, en conjunto con la Universidad de Concepción, se complementará el accionar de ambas instituciones para trabajar en una gobernanza a nivel regional, y que además permitirá pilotear soluciones a los desafíos que plantea la Región en esta materia. Además, se busca fortalecer las competencias habilitantes de la industria y las/los profesionales del Biobío para que se formen de acuerdo a los nuevos requerimientos en materia de hidrógeno renovable. Esperamos poder acelerar la transición energética de las empresas para avanzar en una economía basada en hidrógeno que aporte a disminuir nuestra huella de carbono”, detalló la académica.
Se trata, según los actores tras esta tarea, de una oportunidad para articular a los actores de la región, en torno a la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y a la Estrategia Regional de Desarrollo, contemplando además las necesidades impuestas por la ley marco de cambio climático.