Directo desde un importante cargo en el mundo industrial llegó a principios de mayo al Departamento de Ingeniería Química, DIQ, Luis Felipe Montoya Rendón, Ingeniero Químico de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (UPB) en Colombia, Doctor en Ciencias, con mención en Química (UdeC), quien reside en nuestro país desde hace ocho años.
Con muchas ganas de aportar e interés en la investigación y publicación de papers, se incorporó Luis Felipe Montoya al DIQ a través de un concurso para académicos a principios de mayo de este año 2022.
“Vengo del mundo industrial, empresarial, y ahora estoy retornando al académico, entonces es una transición mucho más suave. Me voy a dedicar durante este semestre y el próximo a muchos proyectos que tenía en carpeta y que ya están rodando, junto a otros colaboradores de la UdeC y de la UFRO. Por otro lado, a trabajar en varios materiales pendientes de publicación. Así que en este tiempo estaré enfocado en preparar cursos de lo próximo que se viene en investigación, tanto en proyectos como en publicaciones”, indicó el profesional.
Cabe mencionar que Felipe llegó a Chile en julio del 2014 a realizar su doctorado en Ciencias Químicas en la Facultad de Química y por conocimiento del programa REDOC CTA (Red Doctoral en Ciencia, Tecnología y Ambiente) que conoció en Medellín a través de Andrés Mejía, académico del DIQ. “Andrés me presentó la propuesta, me llamó mucho la atención y así fue como me vine a Chile. En simultáneo, cuando estaba haciendo el doctorado, más o menos al año y medio, empecé a trabajar y una vez que terminé el doctorado me fui 100% a dicha empresa”.
“Siempre he estado muy activo a nivel académico. Pese a que estaba en la industria, constantemente he participado de proyectos, incluso haciendo solicitudes de patentes con la universidad y otros investigadores. Mi fuerte a nivel de investigación es la ingeniería electroquímica. Ahí yo empiezo a profundizar un poco más y es donde encuentro un nicho bien interesante que va desde la minería hasta distintos tipos de procesos, pero me concentro mucho en corrosión y en diseño de recubrimientos avanzados, junto con polímeros; al final la ingeniería electroquímica envuelve todo eso”, explica.
La ventaja de venir de la industria
Felipe comenta que tener la visión del mundo empresarial es un plus en términos de investigación para su nuevo puesto. “Eso precisamente me ha ayudado bastante. En este momento tenemos dos solicitudes de patentes y una otorgada; son tres en total. Tenemos además varias publicaciones. Digo “tenemos” porque en investigación siempre se debe trabajar en equipo. Y es una ventaja no menor, porque tengo muy fresco cuáles son los requerimientos de las empresas, a qué están apuntando, incluso cuál es el nivel de investigación real que ellos quieren. Es increíble pero normalmente las empresas siempre están cortas, uno, de tiempo, y dos, de recursos. Entonces esos dos elementos, si uno sabe ofrecer un buen paquete de investigación aplicada, la empresa siempre estará muy abierta”.
Respecto a la experiencia en docencia, Felipe relata que tanto en sus trabajos en Colombia como acá en Chile, ha tenido la posibilidad de estar en contacto con otras personas a través de charlas o capacitaciones donde él traspasa conocimientos. “A profesionales que ya están formados y que tienen el requerimiento y el ofrecimiento por parte de la empresa, siempre ha estado esa parte técnica en mí. Entonces poder transmitir información o conocimiento nunca ha sido algo ajeno. Ahora bien, a nivel académico, con todas sus letras, he tenido ese acercamiento, más que todo, desde pregrado, donde hice varias ayudantías, en muchos cursos, tales como mecánico de fluidos, balances de materia – energía, transferencia de masa, varios ramos de ese tipo y después en el doctorado también en las ayudantías que realicé en química inorgánica, que fue donde más apoyé”.
En relación con las expectativas de Felipe de incorporarse a la Facultad de Ingeniería, está principalmente la inquietud de realizar investigación aplicada, tanto para el país como para Latinoamérica. “Hay mucho por hacer, y eso es lo interesante, que con la red de contactos que uno posee a nivel mundial, hay un montón de cosas interesantes que se pueden llevar a cabo. Latinoamérica tiene un potencial importantísimo, y más ahora con las nuevas tecnologías que se están desarrollando. Chile se está abanderando con muchos nuevos negocios, por decirlo entre comillas, como el hidrógeno verde, la nueva minería, la nueva industria, la industria 4.0, entonces hay mucho para desarrollar. Entonces mi expectativa es una investigación muy aplicada e incorporar lo que más pueda al estudiante, tanto de postgrado como de pregrado, y en los dos universos: en el industrial y en el académico, siempre con la mira de aportar a la humanidad. Porque eso es fundamental, si uno da calidad de vida, ya todo lo demás viene por añadidura. Y también concretar asistencia técnica a empresas, porque como te digo, ya estamos corriendo con varios proyectos en donde soy parte activa de ellos, entonces la idea es seguir aportando desde esa área”.
En cuanto al vínculo de Felipe con el resto de los académicos de la Facultad y su departamento, indica que su disciplina de estudio, la electroquímica, es lo suficientemente transversal para permitirle relacionarse con distintos tipos de colaboradores de la Universidad. “Tanto a nivel de departamento de ingeniería química, como facultad y de universidad, he hecho colaboraciones. Con odontología, con ingeniería de materiales, con mecánica, con metalurgia, con los mismos de ingeniería química, con química pura, y eso es lo interesante de esta línea, entonces realmente soy una persona muy abierta y atento a donde pueda aportar. Creo que la clave de éxito no es saberlo todas, o creer que uno se las sabe todas, sino que el conocimiento que uno tiene, saber dónde entregarlo para que sea un aporte a un trabajo en específico. Y ha sido muy interesante porque en cada conversación sale un posible proyecto, o colaboración, y en estos momentos, cuando llevo muy poco tiempo en la universidad, ya ha habido varias conversaciones, e incluso ya resultó una co-tutoría para una tesis de pregrado”.
Finalmente, Felipe nos cuenta que desde la pandemia en adelante se ha dado cuenta que el tiempo es el recurso más valioso que tenemos, limitado e igual para todos, independiente del cargo o posición que tenga. “Nos dimos cuenta que es un recurso limitado y que, si uno no está 100% pleno con el tiempo que está gastando, ahí empiezan a haber problemas y frustraciones. Antiguamente siempre a uno lo medían con un título profesional, nivel de salario, muy tipo vieja escuela, y esa era la forma de cuantificar el éxito de la persona. Yo creo que ahora se metieron otros elementos en la licuadora: la calidad de tiempo para sí mismo, para la familia, la parte profesional, el salario, entonces creo que tenemos que buscar ser personas más íntegras, pero que aportemos a la humanidad, mejorar la calidad de vida, sin olvidarse de uno mismo, y así mismo es como uno también puede irradiar y transmitir esa plenitud”.