El programa de Certificación de Competencias Docentes de la Facultad de Ingeniería UdeC – que consta de tres niveles – entrega a los profesores perfeccionamiento para mejorar sus habilidades en la enseñanza de la ingeniería. Y desde su implementación ha sido todo un éxito, sumándose de manera voluntaria cada vez más docentes: 57% han cursado el nivel 1; un 14% el nivel 2, y pronto se espera tener registros del nivel 3.
“Este último tiempo ha crecido la demanda, porque también es parte de la planificación estratégica de las carreras ir haciendo que sus profesores vayan mejorando. Si tú lo piensas es algo especial que los profesores tengan las herramientas necesarias para enseñar si el negocio principal de una facultad es la enseñanza, entonces es súper importante que los docentes estén a tono con las temáticas”, explica Jorge Maluenda, psicólogo y profesional de la Unidad de Educación en Ingeniería, UdEI.
Nivel 1: Los talleres están enfocados en tres temas: planificación, didáctica y evaluación.
“Nosotros diseñamos los talleres para que el profesor/a vaya y se forme con nosotros, y lo que haga como actividad de formación sea en el contexto de su propia asignatura, entonces cuando el profesor aprende algunas cosas en el taller las aplica en sus asignaturas y así queda en condiciones de utilizarlas de modo que esto se transforme en algo corto y efectivo, porque no tienen tanto tiempo para estas cosas, tratamos de hacerlo lo más eficiente posible”, explica Jorge Maluenda.
Nivel 2: La forma de trabajo cambia y se vuelve más personalizada, la idea es que el/la profesor/a diseñen un plan de mejora educativa en el área que deseen.
“Lo que nosotros hacemos es una asesoría directa para que él o ella detecte una necesidad, problema u oportunidad en su asignatura y, a raíz de ello, hacemos una mejora que es guiada por el equipo, entonces lo acompañamos en ese proceso de generar una solución, diseñarla y luego implementarla y evaluar su resultado cuando el profesor ha hecho todo este proceso se le entrega el nivel de certificación 2”, comenta Maluenda.
Nivel 3: El trabajo del académico/a es más autónomo.
“En este parte del programa hay que hacer una reforma más importante y ahí nos preocupamos de que el profesor implemente una intervención que involucra, desde los resultados de aprendizaje de la asignatura hasta la forma de evaluación. La idea es que transforme positivamente alguna de las asignaturas que dicta y en esta oportunidad también lo guiamos pero es más autónomo, porque como ya ha pasado por el nivel 2, entonces no requiere de acompañamiento tan estrecho”, puntualiza el especialista.