Luego de más de 50 años como profesor universitario, Alfredo Gordon Strasser fue homenajeado, el 28 de abril, en una ceremonia creada especialmente para él, en la que participaron autoridades, académicos (as), estudiantes, administrativos (as) y su familia.
La actividad – organizada por el Departamento de Ingeniería Química (DIQ) de la FI UdeC – se inició con las palabras del decano Luis Morán, quien expresó su agradecimiento por la importante labor desarrollada por el profesor Gordon en pregrado, en investigación y en postgrado.
Posteriormente, Ximena García, directora del DIQ, y quien fuese su alumna, relató las principales características personales y profesionales que marcaron el camino docente del ingeniero.
Acá un fragmento:
“Lo que Natura non da Salamanca non presta”
Esta célebre frase, atribuida a Miguel de Unamuno, rector de la prestigiosa Universidad de Salamanca en la década de los años 30, y que se refiere a la existencia en los individuos de ciertas cualidades, que por ser innatas, no resultaría posible adquirir ni siquiera asistiendo a los centros más prestigiosos (como sería el caso de la Universidad de salamanca), solía ser acuñada por nuestro hoy día homenajeado colega-profesor Alfredo Gordon Strasser.
Bueno pues, su trayectoria académica, de más de 50 años, algunos de cuyos hitos principales narraré a continuación, su dedicación, la energía puesta en el trabajo docente, equivalente a lo que sería la operación de uno de los procesos más complejos que debe enfrentar un ingeniero: “el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus discípulos” son probablemente demostración de una lucha interna, inconsciente y rebelde contra esa afirmación.
Posteriormente, un video testimonial de exalumnos, colegas y personas cercanas a Alfredo Gordon fue presentado en la ceremonia, causando la sorpresa del homenajeado y del público en general. Ver Video
Finalmente, el profesor José Matías Garrido, jefe de carrera de ingeniería civil química, le hizo entrega de un obsequio en nombre del Departamento de Ingeniería Química, el cual fue agradecido por el profesor Gordon, quien aprovechó de despedirse con algunas anotaciones de su vida personal y profesional, destacando siempre su estilo directo, un irónico humor (no siempre entendido), pero con un amor por la enseñanza que marcó a varias generaciones.
El emblemático docente se incorporó en 1969, obteniendo posteriormente el grado de Magíster en 1972, y de Doctor en 1975 en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.