Foto: Noemí Lagos, rectificadora de biela en Maestranza Arbal
Fuente: Centro para la Industria 4.0
“Mujeres en la Industria: Liderazgo y Transformación en el Biobío” es una iniciativa que nace desde el programa Fortalece Pyme Biobío de Corfo, desarrollada por el Centro para la Industria 4.0 (C4i) y que busca contribuir a derribar mitos y paradigmas en torno al rol de la mujer en el sector productivo, en especial, de los tres sectores de impacto que abarca el programa: metalmecánico, forestal-maderero y manufacturero general.
Dentro de la Red de Asistencia Digital Fortalece Pyme Biobío las áreas de desempeño de las mujeres que conforman el programa son diversos, desde lo operativo y productivo hasta lo gerencial. Igualmente variados son los sectores de impacto donde ellas se desempeñan en la industria, pese a la masividad de cargos masculinos.
Por lo tanto, esta iniciativa busca visibilizar el rol que cumplen las mujeres en las industrias, en miras de reconocer y potenciar su contribución, como también construir puentes para fortalecer su vinculación, generando espacios de encuentro que promuevan la construcción de redes entre ellas y otros actores relevantes.
Contextos y datos históricos
Hacia fines del siglo XIX la sociedad urbana chilena experimentaba el nacimiento de nuevas protagonistas en el sector industrial: las mujeres, quienes constituían casi un tercio de la población económicamente activa y formaban gran parte de la fuerza de trabajo del rubro manufacturero, según arroja el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su artículo «Siete décadas de registro del trabajo femenino, 1854-1920».
La vinculación de las mujeres con la industria se vio impulsada por políticas públicas e instituciones educativas que catalizaron la incorporación de ellas en distintas ramas laborales, destacando dos hitos relevantes: el Decreto Amunátegui que desde el 6 de febrero de 1877 autorizó a las mujeres a cursar estudios universitarios en Chile y la creación de la Escuela Profesional de Niñas que surgió diez años más tarde gracias a la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), cuyo objetivo principal fue capacitar a las mujeres en habilidades técnicas que hasta la fecha eran desarrolladas por ellas de forma artesanal.
Ambos sucesos comenzaron a desafiar la clásica identificación del trabajo remunerado con los hombres y del cuidado del hogar con las mujeres, forjando los cimientos de una búsqueda que sigue vigente en pleno siglo XXI: mayor equidad de género en una industria históricamente masculinizada.