Proyectos desarrollados por nuestros estudiantes sobresalieron entre representantes de universidades reconocidas a nivel mundial.
En quinto lugar entre los finalistas quedó un grupo de estudiantes de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad de Concepción, en el torneo internacional de simulación Simio Student Competition 2016, en el que compitieron con representantes de casas de estudio mundialmente reconocidas, debido a su prestigio en este ámbito del desarrollo académico, tales como Virginia Tech (EE.UU.), North Carolina State University (EE.UU.), Universidad de Los Andes (Colombia), Politecnico di Milano (Italia) y Escuela Superior de Economía y Negocios (El Salvador), entre otros.
Esta participación fue posible gracias a la adquisición del software requerido, producto de la gestión de Rodrigo de la Fuente, académico del Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ingeniería, a cargo de la asignatura Simulación, que corresponde al tercer año de la carrera. “Cuando comencé a plantear la metodología de las clases, consulté a los alumnos y ellos me dijeron que encontraban que les faltaba trabajar con casos reales ya que habían tenido mucha teoría. Por eso les planteé participar en la competencia y ellos estuvieron de acuerdo. Aunque el periodo de postulación al concurso ya había terminado, solicitamos entrar excepcionalmente después del plazo y nos aceptaron”, explicó el docente, quien manifiesta que, en la práctica, el torneo plantea a los alumnos participantes el desafío de “resolver una problemática real planteada desde una empresa real a SIMIO, por lo que es bastante compleja. Los grupos que participaron generaron productos bien competitivos y eso se notó desde el principio, cuando presentaron sus ideas”.
En la misma línea, De la Fuente, destacó la entrega de los alumnos. “La competencia es difícil porque quienes participan tienen un nivel altísimo. Mi advisor de tesis doctoral, por ejemplo, lideró algunos de los grupos que se presentaron y él es una persona con mucha experiencia, que lleva toda la vida trabajando en estas temáticas. Por eso, haber obtenido el quinto lugar es un gran logro que tiene que ver con la calidad de alumnos que tenemos, porque ellos fueron quienes hicieron el modelo. Con mucha motivación y esfuerzo”, enfatizó el docente sobre los logros obtenidos por los estudiantes de la UdeC en el contexto de la edición 2016 de la competencia en que, a nivel mundial, participaron 868 estudiantes, distribuidos en 250 equipos representantes de 33 instituciones de 14 países.
De la Fuente, explica que “el software Simio LLC contiene un módulo de experimentación en que los alumnos, en este caso, pueden ir modificando los parámetros que fijó al principio cuando definió su modelo y éste va reaccionando a las nuevas condiciones, lo que les permite definir cuál es el mejor escenario para lograr un objetivo determinado”, detalla.
El grupo seleccionado entre los cinco mejores a nivel mundial está compuesto por Ignacio Erazo, Benjamín Ramos, Lucas Rebolledo y Andrés Vidal. A la problemática planteada en esta edición de la competencia se le denominó “Warehouse Distribution Problem”. “Teníamos que resolver el problema de una empresa que vendía sus productos en seis países americanos y necesitaban saber qué les convenía más: seguir importando desde Asia a cada uno de estos países o tener un centro de distribución, que podía estar ubicado en Panamá o en Miami. O sea, eran tres casos, en los que teníamos que desarrollar los modelos con todos los datos que nos entregaban y, luego, definir qué era lo más conveniente. Para eso, íbamos cambiando todos los parámetros. La idea era asegurar la disponibilidad permanente de los productos”, explica Benjamín.
Por su parte, Ignacio detalla que “esos parámetros nos permitían evaluar cuáles eran los niveles de inventario óptimo o ideales para que mejoraran las ganancias de la empresa. Para esto, era importante, por ejemplo, saber, algunas variables como cuál era el nivel de stock que había que tener en cada país, de acuerdo a su demanda y, a su vez, cuál era el nivel de inventario que podría tener el centro de distribución, cuál iba a ser la periodicidad de los barcos importadores y la cantidad de productos que transportaban”.
En cuanto a las conclusiones de su trabajo, Ramos afirma que “si se decidía instalar un centro de distribución, lo más conveniente era ponerlo en Panamá. Pero nuestra recomendación era hacer una inversión fuerte que les permitiera seguir importando a los países directamente desde Asia, aumentando el tamaño de inventario de cada uno de esos países”.
En lo que respecta a los objetivos académicos de la participación en la competencia, Erazo enfatiza que “fue muy útil para nosotros usar este programa, porque nos enseñó que con modificar algunos parámetros y variables, podíamos aumentar las ganancias de la empresa en más de un 20%. Entonces, uno piensa, si de verdad pudiéramos aplicar esto en industrias nacionales reales, sería muy valioso”.
En el mismo sentido, el profesor Rodrigo de la Fuente, explica que el ambiente universitario “es un entorno seguro en que los estudiantes pueden practicar y ensayar, desarrollando pensamiento sistémico complejo, porque el problema que enfrentaron envolvía variables binarias y continuas, que lo hacía muy difícil de tratar con otras técnicas distintas de la simulación, y los estudiantes fueron capaces de generar todas las abstracciones necesarias para resolver el problema, con la complejidad que tienen estos modelos, gracias a su capacidad de abstraerse de esas dificultades”, señala el académico.
También llegó hasta la final de la competición el proyecto desarrollado por el alumno del Magíster en Ingeniería Industrial de la UdeC, José Manuel Slater, cuyo trabajo fue posicionado en el lugar 16 de entre los 250 postulados, siendo ambos proyectos los únicos provenientes de una universidad chilena que llegaron a la instancia definitoria.