*Imagen prototipo del parche
La cicatrización de heridas en menos tiempo, utilizando mejores elementos que los actuales como la gasa, fue la motivación de la investigadora de Ingeniería UdeC, Katherina Fernández, para crear un parche inteligente, que mejore las prestaciones que existen hoy y de fabricación nacional, el que continúa perfeccionando para otorgarle nuevas propiedades.
De esta manera, hace dos años y en el marco del proyecto Fondecyt nº1210770, la también académica del Departamento de Ingeniería Química, se centró en dar solución a un problema recurrente que se relaciona con las heridas y los productos utilizados para su cuidado, “normalmente se busca que se proteja la herida, que no existan infecciones y que haya una especie de absorción del exudado y lo típico es un parche o la gasa donde las prestaciones básicamente son las mismas”, explicó.
Su motivación se centró en el tratamiento de heridas más complejas, donde había problemas y sin muchas alternativas para mejorar la cicatrización, “entonces comenzamos a mirar qué podíamos hacer y se nos ocurrió la idea de hacer parches conductivos, porque todo nuestro cuerpo tiene un campo eléctrico y cuando ocurre una herida, este se rompe”. Lo que queda, especificó Fernández, es una diferencia potencial entre los bordes de la herida, generando la migración celular y un montón de respuestas bioquímicas para que el mismo cuerpo gestione y mueva las células para comenzar el proceso de cicatrización.
El parche ya existe y tiene un aspecto de gelatina que adhiere y moldea a la piel. Sin embargo, en un comienzo el desafío estuvo en averiguar qué pasaba si se ocupaba un material que permitiera la conducción de una forma más expedita, “probar cómo hacíamos materiales que fueran biocompatibles y biodegradables, es decir no dañinos y además conductivos, eso no existía, por lo que fue un desafío tomar polímeros o biopolímeros como el colágeno, la gelatina, que son muy reconocidas en términos que no hacen daño, pero que no tienen conductividad. Llevaba un tiempo trabajando con el óxido de grafeno, el que al reducirlo restauras su estructura atómica y lo vuelves conductivo”, detalló la investigadora.
Lo que se logró fue un material compuesto, conductivo, maleable que tiene la resistencia mecánica suficiente y es adhesivo, permite el intercambio gaseoso, porque es poroso, “hicimos un diseño super específico y con un montón de propiedades deseables y ese en particular nos dio mejores resultados, fue el que patentamos y esto incluye el desarrollo del parche, pero también todas las validaciones”.
Actualmente el parche está en proceso de mejoras, para conferirle otras propiedades como la antimicrobiana, “es un trabajo multidisciplinario, no solo de Ingeniería de Materiales o Biomateriales, sino que igual trabajamos con otras áreas, con Farmacia, con Microbiología y Bioquímica, es un proceso continuo de mejora”. Lo importante de esto, comentó Fernández, es que se va descubriendo información para nuevos proyectos, “lo de la conductividad es súper novedosos, no es trivial, potencialmente puede tener otras aplicaciones, por ejemplo, para hacer huesos, para formar vasos capilares, por ahí puede tener más aristas”, detalló.