Romper la inercia de cómo se ha estado trabajando es lo más difícil, especifican Rodrigo Segura, Matías Enríquez y Rodrigo Valenzuela, directores de INNAPEL, Industria Nacional de Pellet, al ser consultados respecto a qué tan cerca se está de una industria 4.0, ante lo cual agregan que “No basta con tener nuevas herramientas, lo más difícil es cambiar nuestra cultura de trabajo”.
Creada en 2016, INNAPEL produce y comercializa pellet de madera, además de vender equipos de calefacción a pellet como estufas, termo estufas y calderas. El contacto con la Universidad, al ser sus tres socios egresados de esta casa de estudios superiores, los instó a contestar la encuesta e integrarse al programa gratuito de la Unidad Tecnológica para la Manufactura Avanzada de Productos Complejos avanzados para pymes.
Esta iniciativa fue creada por el Centro para Industria 4.0 de la Facultad de Ingeniería UdeC y el Gobierno Regional, para desarrollar capacidades para la generación de productos y servicios de mayor complejidad de las Pequeñas y Medianas Empresas de la Región del Biobío. “Somos 3 socios y todos estudiamos en la Facultad de Ingeniería Udec, por lo que ya estábamos en contacto y cuando nos dispusimos a contestar el formulario de diagnóstico nos dimos cuenta que no contábamos con una estrategia sólida de incorporación de sistemas”, dijo Rodrigo Valenzuela.
Para el profesional es evidente que el mundo se mueve hacia la digitalización y automatización de los sistemas en general. Contar con los sistemas adecuados permite resolver problemas complejos en menor tiempo y con menos esfuerzo de las personas. “Construir bases de datos sólidas nos ayudará a aprender de la historia de nuestra planta y tomar mejores decisiones tanto en gestión administrativa como operacional”, puntualizó.
En este aspecto los directores de INNAPEL establecen que es más fácil incorporar nuevas tecnologías en los primeros años de una empresa, ya que luego que los trabajadores se acostumbran a un sistema, requiere mayor esfuerzo cambiar lo que ya es costumbre. “En cuanto a la innovación, va a depender de los focos de la pyme y el feedback que pueda recoger de sus clientes para entender la raíz del problema y desarrollar soluciones innovadoras”, especifican.
De igual manera, en el contexto de adaptarse a los nuevos tiempos explican que, por ejemplo, en el caso de la pandemia provocada por el Covid- 19, han establecido medidas como solo realizar despachos sin contacto. “En particular dentro de las empresas a pellet, creo que tenemos el desafío de acompañar a las ciudades en el recambio de tecnología desde leña a pellet. El pellet contamina entre 10 a 100 veces menos que la leña, lo que afecta la calidad del aire e impacta finalmente en la salud de las personas, especialmente en enfermedades respiratorias. Se estima que cerca de 4.000 personas mueren en el país anualmente por efectos de la calidad del aire. La OMS determinó como límite aceptable 50ug/m3 de material particulado fino (MP2,5) diario y en casos como Coyhaique hemos alcanzó peaks de 742ug/m3 en un solo día”, acotan.
En cuanto al avance a una segunda etapa del programa, Rodrigo Segura destacó que con ello esperan generar los sistemas necesarios para almacenar la historia de la empresa. “Esto nos habilitaría a proyectar fallas, requerimientos, producciones, entre otras cosas. Y a la vez a encontrar los parámetros de operación precisos para pensar en automatizar el funcionamiento de la planta”.
*Iniciativa financiada por el Gobierno Regional del Biobío a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R)