Su calidad humana, capacidad de servicio y su profesionalismo es lo que sin duda ha caracterizado a Ximena Vilugrón Cáceres, secretaria de Decanato y de Vicedecanato de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, FI UdeC, quien luego de 46 años de servicio en esta casa de estudio superiores inició su etapa de jubilación.
Como cuenta Ximena, fueron 46 años en la Universidad de Concepción, de los cuales 42 trabajó en la Facultad de Ingeniería, pasó por varias unidades, siempre con la intención de volver a ser parte de Ingeniería, donde comenzó. “Desde que finalicé mis estudios trabajé solo en dos lugares: en Huachipato, donde hice mi práctica en el verano antes de ingresar a la Universidad de Concepción, y en esa última a la que llegué por un aviso en el que necesitaban un Oficial de Registro, consulté y era para secretaria. Así es que postulé y quedé”.
Y así fue, el 24 de abril de 1978, llegó a trabajar a la escuela de Ingeniería de Ejecución, en el Departamento de Ingeniería Mecánica, donde estuvo hasta 1980, cuando cerró la carrera. Desde la Dirección de Personal la llamaron para reemplazos en distintas partes. Una de ellas fue la Facultad de Farmacia, donde permaneció dos años. Luego estuvo un tiempo en la División Obras, hoy Servicios Generales y después en la Dirección de Servicios Estudiantiles DISE.
El desempeño de Ximena Vilugrón continuó en el Departamento de Ingeniería Eléctrica, donde permaneció poco más de 15 años, posteriormente en el Instituto de Investigaciones Tecnológicas, IIT UdeC y luego en Secretaría Académica. “Y ahí fue cuando don Sergio Lavanchy, quien era decano, dijo que se abriría un cupo para el cargo de secretaria de la administración, en 1990, donde permanecí hasta hoy”.
¿Cómo ha sido trabajar por 46 años en la UdeC?
-Ha sido un tremendo orgullo. En estos días he estado realmente sorprendida por los correos de profesores que se despiden de mí. Han dicho unas cosas tan maravillosas que nunca lo esperé realmente, se refieren a mi compromiso, lo que realmente me dejan en el aire, porque solo hice mi trabajo. Pero si ha sido así, es porque estoy eternamente agradecida de la Universidad, la gente siempre fue muy cariñosa conmigo, muy respetuosos. Entonces, solamente queda agradecimiento, porque además he podido ir creciendo profesionalmente.
También obtuve mi casa, pude educar a mis hijos, o sea, creo que no hay palabras, quedo corta con lo que diga de lo que realmente, lo bendecida que he sido al estar acá. Mi trabajo ha sido maravilloso, nunca me imaginé que podía tener una carrera profesional como la que he tenido hasta este momento.
¿Qué recuerdos tiene de cómo se vivía la vida universitaria hace unos años?
-Era mucho más rudimentaria. Trabajábamos con máquina eléctrica. Estábamos todos en el Edificio Tecnológico Mecánico, no habían construido aún el Edificio Central, los inviernos eran muy crudos, muy lluvioso, el barro que venía del cerro inundaba todo acá.
Nosotros quedábamos aislados en el Tecnológico Mecánico, no podíamos salir. Entonces, el barro cubría los prados. Recuerdo un invierno, que fue el más crudo, en que las bancas quedaron totalmente cubiertas por el barro, no se veía, era toda una capa de barro, horrible, tuvieron que hacer nuevamente los prados.
También se compartía más, había más vida social. Nos juntábamos, hacíamos competencias de ping- pong con profesores. Salíamos a comer, también participábamos en clases de guitarra, íbamos a tocar a la Casa del Deporte. Continuaba la vida después de las clases, continuaba la vida en la Universidad. Hacíamos paseos, incluso uno que era para las mujeres de la Facultad, al que asistían secretarias, profesoras, auxiliares. Por eso que yo añoraba volver acá a trabajar a la Facultad, porque la experiencia que tuve cuando entré a Ingeniería de Ejecución fue muy bonita, muy linda.
Por último, Ximena Vilugrón, destaca que durante estos años lo que la ha definido y que ha sido su real motivación es su capacidad de servir, de ser útil siempre, “dando lo mejor de mí, me he esforzado siempre por hacer las cosas bien y busqué eso, el hacer mi trabajo bien, que haya resultado y no me interesó algo más, solo el beneficio de todos y de la institución”.