A veces las oportunidades llegan cuando menos se esperan, pero estar dispuestos a tomarlas es clave. Algo así le pasó a Catalina Miranda, Ingeniera Civil de la Universidad de Concepción, hoy estudiante de Doctorado en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, país en el que vive hace 3 años.
Desde el otro lado del mundo, conversamos sobre su proyecto de investigación “The Effectiveness of Retrofit Technologies in Wooden-Framed Houses in Wellington” relacionada con la efectividad de mejoras sísmicas en casas de madera en la ciudad de Wellington (NZ) y, sobre todo, de aquellas experiencias que enriquecen la vida profesional y personal.
“Las decisiones importantes quizás no se piensan mucho” reflexiona Catalina Miranda. Sin embargo, lo que juega un rol importante – explica – es contar con la gente correcta a tu alrededor. Y es que Catalina llevaba 3 años trabajando en la industria en Concepción cuando decidió que ya no era lo que quería seguir haciendo y regresó a conversar con el académico Dr. Peter Dechent para ver posibilidades de hacer un doctorado. A los pocos días la llamó para que conversara con un profesor de Nueva Zelanda que estaba en Chile y unos meses después ya tenía resuelto volver a estudiar, esta vez, en el extranjero.
“No sabía inglés, así que me fui antes para aprender”, cuenta Catalina, quien estando en la universidad neozelandesa decidió cambiar de supervisor y fue ahí donde inició su proyecto de investigación que la tiene muy contenta. De esta manera, se trasladó a vivir a Wellington, que está al sur de la isla norte de Nueva Zelanda, a unos 640 km de Auckland, para iniciar el trabajo en terreno. Y es que – como ella misma señala – “mi laboratorio es la ciudad”.
La ciudad de Wellington está encima de una de las fallas sísmicas de Nueva Zelanda y, por lo tanto, se está a la espera de un gran terremoto. “Hay un montón de proyectos para prepararse para ese evento y se trabaja mucho el concepto de resiliencia, hay mucha investigación para preparar las comunidades antes, durante y después del terremoto”, explica la estudiante de doctorado. Sin embargo, las casas de madera de hasta 2 pisos no están dentro del sistema de evaluación o normativa y, por lo tanto, se desconoce si sufrirán daños y, por lo tanto, si debieran hacerse refuerzos, recayendo la responsabilidad en las personas.
“Y no sólo hablamos de estructuras resilientes, sino también como tener una comunidad resiliente, que no es lo mismo. Entonces mi investigación tiene dos temas interesantes. Primero, de ingeniería y el segundo de área social”, puntualiza la ingeniera civil UdeC, quien ha estado trabajando en el levantamiento de información sobre qué piensan las personas que le podría pasar a su vivienda, cuál es el nivel de daño que esperan y que tan seguros se sienten en ellas, entre otros.
Y es que, como cuenta Catalina – y a pesar de toda la investigación y estudios relacionados con terremoto en Nueva Zelanda – lamentablemente una gran parte de la población no saben cómo preparase. “Un concepto que se propaga acá frente a un evento sísmico es permanecer en las casas, porque los mayores costos o daños se dan cuando dejan las casas, como por ejemplo accidentes en el trayecto o acomodaciones para esos que no quieren volver a casa… pero si ellos no se sienten seguros en sus propias casas es difícil que se queden”.
Junto a colegas repartió más de 3.000 encuestas, donde se les preguntó además si podría ir un ingeniero a mirar su vivienda. Esa ingeniera es Catalina, quien deberá visitar 100 casas en los próximos meses. “Nunca pensé en la vida que iba a hacer esto, y me encanta, me tiene fascinada, explicarle a la gente y saber qué quieren, y dejar de asumir que nosotros, como ingenieros, sabemos lo que la gente quiere y preguntarles directamente”, puntualiza.
Cabe destacar que las casas típicas de madera en Wellington, tienen un promedio de 100 años de antigüedad y están emplazadas en los cerros. Con la información recopilada se busca generar una tipografía de las casas, porque si bien existe una tipografía arquitectónica relacionada con el estilo no existe una de distribución, de tipos de muros y la idea es definir estos tópicos para luego hacer un índice numérico de esa tipología para conocer su la vulnerabilidad.
Esta investigación, que cuenta con la supervisión en el área de ingeniería de Dr. Charlotte Toma y Professor Ken Elwood; y en el áreas social, Professor David Johnston y Dr. Julia Becker, es financiada por QuakeCoRE, una asociación de investigación de Nueva Zelanda que busca la resiliencia sísmica en un concepto global, desde la ingeniería en los edificios, pasando por temas sociales, ambientales, de comunidades, de etnias, entre otros.
- Presidenta Estudiantes QuakeCoRE en U. Auckland
Otra de las actividades que le apasionan a Catalina es colaborar en la difusión de la ciencia en las comunidades, actividad que desempeña desde su cargo como presidenta de la asociación de estudiantes de QuakeCoRE en la Universidad de Auckland.
“Lo que busca esta asociación es conectar toda la investigación con los estudiantes, por lo tanto, nos toca hacer eventos, difusión dentro de la universidad como en otras, queremos conectarnos más con los estudiantes de pregrado, en dos semanas más tenemos eventos con los colegios, mostrando experimentos sísmicos, organizar actividades y me ha abierto las puertas para conocer muchas personas”, explicó.
- Mujeres en Ingeniería
Además, Catalina también colabora en eventos para mujeres, los cuales buscan visibilizar el trabajo de mujeres en la ingeniería, generando vínculos internos como estudiantes y académicas, como una forma de generar un ambiente más cómodo para ellas. “Mi supervisora es mujer, pero es la única ingeniera estructural del Depto. de Ingeniería Civil de la Universidad de Auckland… tuve suerte, porque en el departamento hay estudiantes muy tímidas se sienten complicadas frente a un profesor o supervisor hombre y con fuerte personalidad generando un alto nivel de estrés”, cuenta Catalina.
Por eso cree importante la conexión entre las mujeres para sentirse apoyadas frente a situaciones o experiencias comunes y para ello generan reuniones con diferentes mentores, mujeres que comparten sus visiones, todo lo cual permite, cuando se vuelven a encontrar, un contacto más natural.
“Es increíble darse cuenta que, en mayor o mejor grado, todas hemos pasado por experiencias similares. Hay muchas cosas que me hubiese gustado saber cuando yo era estudiante universitaria. Por ejemplo, uno no se da cuenta que se trata de poner al nivel de los hombres, en todo sentido, desde ocultar todos mis sentimientos o no poder decir que te sientes mal porque tienes tu periodo, porque es tabú, pero yo tengo todo el derecho de sentirme mal y expresar mis emociones pero no puedo, porque si lo expreso soy más débil”
Y por eso, recalca Catalina es muy importante mostrar lo que pasa, tanto a hombres como a mujeres. “Somos diferentes, pero no significa que por ser diferente somos menos, de hecho, somos más porque tenemos esa capacidad de conectarnos con nosotras mismas que es increíble, leer emociones de otros y las emociones nos mueven. Todo eso se oculta durante tus estudios de ingeniería porque uno intenta estar al nivel de los hombres. Incluso decir “yo soy como los hombres para trabajar” te sientes orgullosa. Claramente esto está mal… me hubiese encantado que me lo hubieran explicado que cuando decía eso no estaba bien”, cuenta.
Catalina además está participando en la organización de workshops y actividades relacionados con el tema mujer e ingeniería para la siguiente conferencia nacional “New Zealand Society for Earthquake Engineering”
Finalizando la entrevista, comenta que estar hoy en día donde está ha sido la mejor decisión que ha tomado en su vida. “Quizás en algún momento voy a dejar lo que estoy haciendo o quizás no, porque el área social me gusta mucho… si bien empecé en el área de la madera en la UdeC uno va desarrollando otras cosas en la vida. El área de la madera la empecé porque nadie lo hacía, y el profesor Gian Mario Giuliano fue mi primer mentor y me metió el bichito que me gustara y después el profesor Dechent me motivó a seguir… mi papá, esa contención y esa gente con las que te vas encontrando, para mí estos maestros que te van guiando, dando opiniones certeras, juegan un rol muy importante en tu vida”.