Durante la mañana del 26 de agosto, nos enteramos de que don Igor Wilkomirsky Fuica, candidato al Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2022, no obtuvo este importante galardón. Sin embargo, para Ingeniería UdeC es una tremenda satisfacción el haber impulsado esta candidatura de quien es uno de los ingenieros más importantes de Chile.
El Dr. Wilkomirsky, “Wilko” como le dicen sus colegas más cercanos, ha estado vinculado por más de 50 años a la Facultad de Ingeniería, formando generaciones de profesionales, siendo patrocinador de 106 memorias de título, 13 tesis de magíster y 6 tesis de doctorado en ingeniería metalúrgica. No es de extraño, por lo tanto, el amplio apoyo que tuvo la campaña de apoyo a su candidatura, llegando a 820 firmas, tanto en Chile como en el extranjero; y 20 cartas institucionales.
Sus desarrollos tecnológicos dan cuenta de su genialidad: desde la concepción de ideas, diseñando pruebas y validación a pequeña escala, llegando hasta el escalamiento industrial. Con una amplia gama de habilidades, es capaz de desarrollar todas las dimensiones que los proyectos de investigación e innovación demandan: análisis termodinámicos, estudios cinéticos, cálculo de procesos, balances de masa y calor, trazado de planos de todas las disciplinas, diseño y dimensionamiento de equipos, supervisión de la construcción, montaje y puesta en marcha de plantas piloto, lo que le ha permitido convertir ideas originales en soluciones concretas para la industria.
¿Qué más sabemos de don Igor? Es momento de hablar con Pola Larrahona, su esposa y con una de sus hijas, Katia, para que nos cuenten algo más de este querido profesor. Lo primero que señala Pola es lo excepcional que es su marido, con una dedicación apasionada hacia su profesión. “Yo me casé con la metalurgia”, indica esta hermosa mujer, quien lo conoció en la misma Universidad de Concepción mientras ella estudiaba inglés. Ella estaba entrando y él ya estaba terminando. Al poco tiempo se casaron para irse a Canadá, donde don Igor había obtenido una beca para estudiar su doctorado.
“Los primeros inventos fueron afuera, cuando él era joven. Lleva 60 años elucubrando cosas matemáticas porque estas patentes son unas ecuaciones. En cualquier momento saca papelitos, se le ocurre algo y lo anota”, comenta su esposa.
Pero, ¿Qué ha significado como familia los reconocimientos a su trabajo? Katia Wilkomirsky responde que para ellos es un orgullo inmenso. “Nosotros somos una familia unida y se nos sale el corazón de amor, de admiración y orgullo. Mi papá sin duda ha sido el pilar de la familia. La vara si bien es altísima, mi papá es una persona de muy bajo perfil, muy humilde, muy respetuoso de los sueños, las diferencias y los gustos de cada uno en la familia. Él ha sido un apoyo indispensable de nosotras como hijas, con los nietos en cada uno de sus caminos y nos ha enseñado el valor del trabajo persistente, de la fuerza de voluntad, del optimismo. Mi papá es una persona hijo del rigor”, explicita su hija.
Una de las facetas, quizás desconocidas para algunos, es su sentido del humor, alegría y optimismo. “Lo que poca gente sabe, además, es que es un gran artista. Pocas veces mi papá cuenta que estuvo en la duda si estudiar artes o ingeniería, pinta en sus ratos libres. Pinta paisajes, aunque no lo ha hecho en el último tiempo, porque ha estado enfocado en sus inventos. Es una persona que tiene talento en todas las áreas. Es una persona profundamente espiritual, de mucha fe y con gran sentido de la vida”, expresa Katia, quien también confiesa el susto que sienten cada vez que sale a andar en bicicleta camino a Santa Juana, “con 85 años llega a la casa, se pone el casco y sale a andar en bici”.
